Fuente: Centro de Innovación UC

Columna de Conrad von Igel, Director Ejecutivo del Centro de Innovación UC. La publicación original fue realizada el 20 de agosto en el Mercurio.

El mundo atraviesa una pandemia y, más allá de la dramática situación sanitaria, el ámbito social, político y económico ha dejado a millones de damnificados y una huella que será de superar. Al comienzo de este período, las empresas y organizaciones de todo tipo enfatizaron mantenerse operacionales, particularmente aquellas que continuaron con demanda —aunque contraída— por sus productos y servicios.

Hoy, mientras se enfrentan a recortes presupuestarios y exigencias de eficiencia máxima, comienzan a surgir aproximaciones diferentes a desafíos de distinta naturaleza. Frente a las urgencias, es decir, aquellos cambios de carácter obligatorio, como adecuar la operación a las nuevas reglas sanitarias, la respuesta es la adaptación eficaz. Por otro lado, frente a los cambios más complejos y profundos, que han sido acelerados por la pandemia, entre los que destaca la transformación digital, las empresas tendrán que optar por innovación transformacional.

Surge entonces la pregunta respecto de qué organizaciones están preparadas para adaptarse en la urgencia, cuáles van más allá y se subirán al carro de una transformación innovadora más radical y cuáles no lograrán mantener el ritmo de ajustes y cambios y ya están avizorando el fin.

Un segundo conjunto de preguntas dice relación con el tipo de metodologías y las características de prácticas culturales y procesos de empresas que están siendo exitosas en esa transformación. ¿Son las recetas de innovación las mismas en la pospandemia que antes? ¿ Es posible innovar de manera más disruptiva en un escenario de trabajo remoto y sin una preparación adecuada y soporte tecnológico bien preparado? ¿ Qué pasa con la creatividad cuando desaparecen los espacios tradicionales de encuentro, divergencia y serendipia?

Es evidente que innovar, como tantas otras cosas en este tiempo, se ha visto dificultado. Desde el Centro de Innovación estamos acompañando a muchas organizaciones que, lejos de darse por vencidas, están tomando la decisión de vencer estas barreras y salir ganando de este desafío.

Casi todos los casos han buscado reforzar las capacidades de sus equipos de innovar, pero lejos de aislarse, han redoblado el compromiso de hacerlo también de manera conectada al ecosistema y aprovechando las capacidades de la universidad, emprendedores, académicos expertos, estudiantes y otros. Hoy, más que nunca, se hace necesario promover una cultura de innovación en el mundo corporativo.