Día a día la pandemia avanza afectando la salud de las personas, estresando los sistemas de salud, aumentando las personas que fallecen, y creciendo su impacto en los sectores más vulnerables del país. Además, destruye fuentes de trabajo, aumenta la pobreza y afecta la calidad de vida de las familias. Esta realidad no solo golpea a Chile, sino a toda la región, para la cual se proyecta una contracción del PIB del 7,2% en 2020 (Banco Mundial, 2020) y las perspectivas no son muy alentadoras.

¿En qué dirección debemos avanzar para enfrentar esta grave situación económica? Sin duda, es una pregunta difícil de responder, pero que debemos abordar desde distintos frentes para encontrar posibles soluciones, especialmente cuando el número de casos Covid sigue aumentando, superando los 1,6 millones de contagiados en América Latina, lo que ha llevado a los países a imponer fuertes medidas de distanciamiento social.

La pandemia desafía a nuestros mercados y economías a reconstruir un nuevo horizonte preparado para enfrentar emergencias sanitarias y sociales, que brinde protección y oportunidades a los trabajadores y sus familias. En esta ruta, las transformaciones requieren sentido de urgencia y acuerdos amplios para avanzar a un futuro mejor para todos.

Una parte importante de las respuestas que demanda la actual crisis precisamente reside en la posibilidad de lograr consensos sociales y políticos para avanzar hacia dichos objetivos. Para recorrer este nuevo desafío económico, las políticas públicas requieren del respaldo de la sociedad y sus organizaciones.

Asimismo, la reconstrucción del tejido productivo, que contribuya a levantar la economía, debe realizarse sobre cimientos más sustentables de los que teníamos antes de la pandemia, con mercados más inclusivos y dinámicos, para reducir la pobreza y estimular la generación de más y mejores empleos.

En este desafío, también es necesario avanzar en ideas que permitan abordar un desarrollo urbano sustentable, trabajando en subsanar la alta concentración social y las condiciones de hacinamiento registradas en las grandes ciudades, que lamentablemente han construido de forma negativa en la expansión del virus.

Una vez que superemos la pandemia, debemos retomar la actividad y el crecimiento económico para revertir la destrucción de empleos y detener el aumento de la pobreza. La correcta dirección para enfrentar esta crisis sanitaria requerirá de una mirada de futuro, compartida por todos los sectores, así como del compromiso y sentido de urgencia con que actuemos juntos.

Hernán de Solminihac

Director de Clapes UC