Fuente: Diario Financiero

Aunque hay consenso sobre los beneficios económicos y sociales que la Inteligencia Artificial traerá para el país, una reciente consulta pública mostró que prevalecen dudas éticas y regulatorias sobre ella. Mientras, la Política Nacional que fijará sus lineamientos estratégicos ya está en su última etapa.

La próxima semana concluye una consulta ciudadana que orientará y definirá la publicación de la Política Nacional de Inteligencia Artificial (IA), documento que contiene los lineamientos estratégicos que debe seguir el país en esta materia en la próxima década.

El trabajo, encabezado por el Ministerio de Ciencias, ha evidenciado un «gran interés» en este proceso por parte de la ciudadanía, dice el jefe de la cartera, Andrés Couve, y se ha traducido en una serie de recomendaciones en torno al borrador existente, estructurado en tres ejes: capital humano; innovación en sector público, academia y empresas; y aspectos éticos, regulatorios, sociales y económicos. 

«Uno de los objetivos más comentados tiene relación con la necesidad de contar con un análisis crítico de estas tecnologías por parte de niños, niñas y adolescentes, en el contexto escolar», adelanta el ministro sobre lo recopilado en las últimas semanas.

Pero también han constatado una «gran adhesión» en varios de los principios planteados en el documento, añade Couve, como el impacto que esta tecnología tiene para el desarrollo económico sostenible o la relevancia de la integrada, calidad y seguridad en materia de datos.

El impacto económico

Los hallazgos de la consulta coinciden con la opinión de los expertos sobre la importancia de contar con una política definida en este tema, que ayudará a profundizar el uso de la IA en las industrias y sectores productivos del país, impactando en la economía.

«Se trata de una tecnología transversal que está impactando fuertemente los procesos productivos y de servicios, así como también nuestro entorno social y nuestra vida cotidiana. Y en medio de una revolución tecnológica y cultural como la que vivimos, tiene el gran potencial de beneficiar social y económicamente al país«, señala el ministro.

Según un estudio reciente de Accenture, ese gran potencial del que habla Couve es equivalente a US$ 63 mil millones al Valor Agregado Bruto (VAB) de Chile hacia el año 2035, lo que ocurrirá «cuando la IA se adopte como un híbrido con los capitales de inversión y humano», sostiene el líder de Applied Intelligence de la firma en el país, Francisco Rojas.

El ahorro de costos y de errores es otro tema a considerar, dice el director de Estudios Digitales de Fundación País Digital, Ricardo León: «Es una tecnología que reduce tiempos y movimientos», aumenta la exactitud, reduce los costos y gastos de operación, aumenta la rapidez de las operaciones y reduce la problemática de posibles problemas laborales, sobre todo los accidentes«.

Impulso por sector

Para María Paz Hermosilla, directora del GobLab de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) y parte del Comité de Expertos que apoya al gobierno en el diseño de la política, la importancia de que el país se encamine a su aplicación recae en los impactos para el sector salud y el sector público.

«Si se desarrolla con estándares éticos, la IA puede ayudar a mejorar la efectividad y eficacia de las políticas públicas«, dice la académica, y destaca el software DART, que desde 2018 apoya el diagnóstico de enfermedades como la retinopatía diabética en el sistema público, «ampliando la cantidad de pacientes que pueden ser revisados, ya que la cobertura actual de oftalmólogos es limitada y no alcanzan para hacer un screening anual a todos los diabéticos del país». Con su profundización, dice, el Estado puede ser «más efectivo» en sus procesos de fiscalización tomando como punto de partida, por ejemplo, el trabajo de Fonasa para detectar fraudes en licencias médicas.

A nivel privado, los ejemplos son potentes e incluso reconocidos fuera de Chile. León destaca varias startups chilenas como NotCo, U-Planner, Protera y Metric Arts, y aplaude a aquellas empresas que han incluido en sus programas de experiencia de cliente a los chatbots o asistentes virtuales.

Para José Tomás Cumsille, CTO y cofounder de UNIT, los casos destacados están en la banca y en el retail, pero advierte que no ha ocurrido lo mismo con la minería, y es algo que la política puede ayudar a impulsar. «En esta área, apenas estamos comenzando a ver el desarrollo de soluciones y herramientas digitales», opina.

Y a pesar de lo que falta por avanzar, lo que viene para el país es positivo, dice Nicolás Vilela, CEO de ZTZ Tech Group, sobre todo, gracias a la voluntad del gobierno de impulsar el tema: «Están acompañando muy bien esta oportunidad (…) dando el seguimiento preciso para que éste sea el siguiente éxito para Chile».

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