Fuente: Diario Financiero

Expertos coinciden en que los focos deben estar en la seguridad y el crecimiento del mercado, temas que actualmente se discuten en las mesas técnicas que convocó la cartera de Energía.

Estar entre los tres principales exportadores de hidrógeno verde para 2040, contar con 5 GW de capacidad de electrólisis en desarrollo a 2025 y producir el más barato del planeta en 2030. Son los objetivos que sientan las bases de la Estrategia Nacional del Hidrógeno Verde que el Gobierno presentó en noviembre para impulsar una industria que promete tener el mismo peso que hoy posee el cobre en Chile.

Sin embargo, los expertos advierten que, para que eso se cumpla, se necesita una regulación acorde a los desafíos y metas, con foco en la seguridad y crecimiento del mercado. Hoy existe una, pero enfocada en el uso industrial del hidrógeno, y eso es «distinto al énfasis que se requiere para su uso energético», explica Patricio Lillo, académico de Ingeniería de Minería de la Universidad Católica (UC) y miembro de la mesa de Hidrógeno Verde convocada por el Ministerio de Energía.

Para Danitza Eterovic, abogada asesora del comité de regulación de la Asociación Chilena del Hidrógeno (H2 Chile), la regulación debe dictarse «en paralelo al desarrollo de la industria» para garantizar «realismo» de cara a los problemas que se presenten y así evitar caer en una «sobrerregulación que coarte su crecimiento».

Avanzar hacia una industria regulada, a juicio de Lillo, ayudará a «reducir la incertidumbre» respecto a las exigencias para implementar los proyectos y pilotos; a crear las competencias y un ecosistema de certificaciones para el desarrollo tecnológico, y a comunicar confianza e implementar este tipo de tecnologías junto a las comunidades.

Qué se necesita

Eterovic considera que debe estar alineada con la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde, otorgando estándares de seguridad y eliminando las barreras para su desarrollo, lo que implica «permitir la explotación de nuevas aplicaciones» y poner énfasis en los incentivos necesarios para que el país se convierta en líder mundial para su exportación.

El subsecretario de Energía, Francisco López, plantea que lo importante es tener un marco normativo «que aborde la cadena de valor del hidrógeno en su conjunto, bajo la calificación de energético».

Por eso, dice que se propusieron desarrollar una regulación de seguridad que permita su uso y manejo, su masificación y la certidumbre tanto a futuros inversionistas como a desarrolladores. Este año ya hubo avances, subraya, con los primeros pasos para elaborar el «Reglamento General de instalaciones de hidrógeno para sistemas de producción, acondicionamiento, almacenamiento, transporte terrestre y consumo«.

Lillo añade que los estándares de seguridad deben ser «muy altos» -como los del diésel o la gasolina- y que es importante precisar que el hidrógeno pasaría a ser calificado «como un combustible y no una sustancia peligrosa», lo que en su opinión daría atribuciones a la cartera de Energía para empujar el marco regulatorio.

Pero los peligros hay que considerarlos para abordar temas de almacenamiento, transporte y manipulación. Y ahí la normativa internacional es un buen punto de partida, dice el director ejecutivo para la Industria Minera de Accenture Chile, Martín Tavil, como la norma ISO 19880-1 sobre su uso en puestos de combustible, explicando que la fuga de hidrógeno puede ser un factor de riesgo, sobre todo porque ya está disponible en gasolineras en muchos países. «Son relatados pocos accidentes, pero los hay», subraya.

Los desafíos que surgen

Prontitud y celeridad son lo primero, dice el subsecretario López, detallando que para el primer semestre de 2021 proyectan el trabajo «más técnico y profundo» relacionado al Reglamento; después, una labora conjunta con los organismos revisores para «disminuir los tiempos de los procesos que pudiesen entorpecer la dictación del Reglamento», que prevén para fines de 2021 y, en paralelo, el ministerio seguirá con el Plan de Trabajo Regulatorio de Hidrógeno, que incluye «trabajar en las especificaciones de calidad y elaborar un reglamento de estaciones de servicio multicombustibles». Asimismo, junto a las carteras de Minería y Transporte, crear reglamentos de sistemas de hidrógeno para ambos sectores.

Danitza Eterovic, de la H2 Chile, pone la lupa sobre la inversión en I+D y en el desarrollo regional, pues la mayor parte se producirá en el norte del país -con energía solar- y en el sur (energía hidráulica y eólica). «Se necesita trabajar con las regiones para que estas sean protagonistas de la transición energética», dice.

Para avanzar en las tecnologías requeridas, que el marco regulatorio «sea neutro» y que vaya acompañado de un marco adecuado de implementación, es uno de los retos, según Patricio Lillo: «Para ello, hay que detectar qué tecnologías comenzarán primero a desarrollarse para facilitar los pilotajes, por ejemplo».

El precio es otro de los retos no menores. «Su extracción aún es muy cara«, dice Tavil, por lo que Eterovic sostiene que «requiere de diversos instrumentos e incentivos para que pueda competir con el hidrógeno gris». A sus ojos, solo así el verde podrá convertirse, como se proyecto, en el hidrógeno «más barato del planeta».