COLUMNA DE OPINIÓN
Por Hernán de Solminihac, Director del Magíster en Administración de la Construcción. Profesor Titular de Ingeniería UC, miembro de Comité Ejecutivo de Clapes UC y presidente del Colegio de Ingenieros de Chile.

El desarrollo de la infraestructura pública y privada en Chile y el mundo, tiene por delante un futuro promisorio y lleno de oportunidades para quienes desean aportar a los desafíos del sector de la construcción, a pesar de la actual crisis que atraviesa esta actividad productiva.

Los grandes desafíos que enfrenta la industria de la construcción, requiere del aporte y la creatividad de profesionales, pero en especial de quienes buscan transformar los problemas en oportunidades que beneficien a las personas y al crecimiento del país.

Hoy la formación universitaria ofrece la capacidad de proyectar a Chile hacia el desarrollo. Pero en esta misión, no sólo es fundamental formar a los estudiantes a diseñar, construir y mantener la infraestructura, sino también es necesario entregar las capacidades para dar valor y significado social a las obras.

Asimismo, en dicha formación es necesario entregar una base multidisciplinaria que contribuya a quienes desean aportar a los desafíos del sector de la construcción, a transformarse en líderes de los métodos y las estrategias en el desarrollo de los proyectos que requiere el país.

En este desafío de futuros profesionales para el sector de la construcción, también es necesario aprender a cuestionar e innovar, si es necesario. La actividad requiere de personas dispuestas a adquirir grandes responsabilidades con su desarrollo y proyección.

En paralelo, hay que aumentar el interés de las mujeres por ingresar a carreras relacionadas con el sector y facilitar su inserción laboral en la actividad, a través de su participación en áreas científico-tecnológicas desde temprana edad, por ejemplo, y de modelos de quienes destacan en las distintas disciplinas.

La idea es que cada día más mujeres se interesen en la industria, generando las oportunidades necesarias e igualdad de condiciones para que puedan desarrollarse en esta actividad, lo que permitirá además aportar a la construcción, a nivel país, de políticas de igualdad de género que contribuyan a reducir las brechas existentes.

En este desafío, también hay que sumar a los Diplomados, Magíster y Doctorados, para quienes después de cumplir su etapa de formación universitaria o técnica, encuentren ese camino y motivación para transformar las ideas en realidades o en políticas públicas que contribuyan al desarrollo de la construcción.

Un ejemplo de lo anterior, es el Magíster en Administración de la Construcción de la Pontificia Universidad Católica de Chile, un programa desarrollado desde y para la industria a través de la Escuela de Ingeniería y de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en colaboración con la Cámara Chilena de la Construcción.

Dicha iniciativa no sólo entrega a sus estudiantes herramientas y habilidades que ayudan a liderar nuevas ideas para el sector, sino también representa una oportunidad de potenciar la participación de profesionales de regiones y de mujeres en la industria.

Si quieres conocer más del MAC-UC, ingresa aquí.