Es difícil quedar indiferente con los terremotos ocurridos en febrero de 2023 en la frontera entre Turquía y Siria, en la falla sur de Anatolia. Aunque no hay cifras oficiales, se cree que fallecieron 59.000 personas, 19.000 en territorio sirio. Cuando me enteré de esta impactante noticia me puse en contacto con la Cancillería chilena en Siria y con un amigo sirio, Ali Mahmoud. Quería conocer de primera fuente algunos detalles de la catástrofe, y con la información entregada pude comprender de primera fuente la gravedad de lo ocurrido.

Siria a diferencia de Turquía, había sufrido bloqueos políticos y económicos de occidente. Además, fue excluida de la Liga Árabe, por lo cual la ayuda humanitaria sería escasa. Esto me animó a buscar cómo colaborar con un pueblo que ya estaba sufriendo mucho por la guerra, bloqueos, efectos de la pandemia por Covid y, ahora, enfrentaba los graves daños y pérdidas humanas por el terremoto del 6 de febrero.

Por su parte, Chile no cuenta con recursos materiales de sobra para colaborar, pero pensé que lo que sí había algo que podíamos entregar: compartir nuestra experiencia en diseño y construcción sismo resistente, reconocida a nivel mundial. Comencé a buscar un equipo de ingenieros de alto nivel en materias sísmicas, geotecnia y manejo de crisis en ciudades que, ojalá, estuvieran dispuestos a emprender una misión de asistencia técnica en temas sísmicos a Siria. Sorprendentemente, encontré a profesionales muy competentes y generosos que me acompañarían a esta misión.

«Nuestro principal objetivo al llevar a cabo estas misiones, es colaborar con las autoridades sirias y los especialistas para mejorar sus normativas y estándares en materias de diseño y construcción, y así disminuir en forma significativa los daños y las pérdidas humanas, que puedan ocurrir en los futuros sismos de gran magnitud»

En esta misión había dificultades. De acuerdo a lo que nos contó un asesor de la ONU, en temas de ayuda humanitarias en crisis, Siria es uno de aquellos países en los que no pueden prestar ayuda en este tema, por el riesgo que corren los voluntarios en ese país. Pero, había que avanzar. Rápidamente, recibí la ayuda de Sergio Contreras, vicepresidente del Colegio de Ingenieros y reconocido ingeniero especialista en diseño estructural y sismo resistencia, además de destacado revisor sísmico. Junto a él formamos un equipo de 5 profesionales, junto a Francisco Morales, Thomas Sturm y Francisco Ruz. Faltaba conseguir los recursos y patrocinios, para lo cual presentamos nuestro proyecto al Colegio de Ingenieros, que entregó su patrocinio. A través de las autoridades chilenas en Siria, representados por el encargado de negocios, Patricio Brickle, conseguimos que los costos logísticos en Siria fueran asumidos por el Estado sirio. Por parte de la Cancillería chilena, obtuvimos el financiamiento de dos pasajes aéreos a Siria. Con los aportes que teníamos dividimos la misión en dos etapas.

La primera etapa, la cual integré junto a Francisco Morales, la llamamos ”Misión de prospección y levantamiento de antecedentes” y consistió básicamente reuniones con entidades relacionadas con las materias sísmicas (autoridades gubernamentales, MOP, Colegio de Ingenieros y universidades); visita a lugares siniestrados en las ciudades de Damasco Alepo, Latakia, Hama; registro fotográfico y de antecedentes técnicos; realización de conferencias en las universidades de Damasco y Cordoba en Siria y en la universidad americana de Beirut (AUB).

La segunda etapa de la misión la denominamos “Fase de desarrollo técnico”, la que contempla una visita más técnica de especialistas en temas sísmicos y mecánicas de suelos, en la cual se podrán intercambiar experiencias, verificar cuál es grado de evolución en materias normativas y el espacio de mejoras, junto con visitar zonas que fueron afectadas y las zonas en reconstrucción. Se prevé, también, que se dicten un par de conferencias y la realización de algunas mediciones para obtener caracterización de los tipos de suelos y la instalación de algunos instrumentos sísmicos.

La primera etapa de la misión de asistencia técnica a Siria, ya la hemos concluido con mucha satisfacción y con una importante maleta de experiencias acumuladas. Al reunirnos con ministros, gobernadores, alcaldes, colegios profesionales y académicos, durante las visitas que realizamos a Damasco, Alepo, Latakia, Hama y Beirut. Pudimos entender en forma general las prácticas de diseño y construcción, aprobación, fiscalización y manejo de crisis, que dichas localidades tienen. Pero, también, pudimos transmitir parte de la experiencia chilena, en su evolución normativa, los principales terremotos que ha sufrido Chile y sus consecuencias, las prácticas constructivas generales, aprobaciones, fiscalización, etc. Por otra parte, pudimos dar nuestra opinión de los hallazgos que realizamos en nuestras visitas a edificaciones colapsadas o gravemente dañadas, lo cual fue altamente valorado y agradecido por las diferentes autoridades sirias.

Finalmente, nos sentimos muy agradecidos con el pueblo sirio y libanés, por la acogida, cordialidad e interés que nos han brindado en estas visitas y encuentros. Nuestro compromiso es completar esta iniciativa, con la segunda etapa de la misión a llevarse a cabo el próximo año, con destacados especialistas chilenos en geotecnia y diseños estructurales y sismorresistentes.

Agradecemos especialmente a la Cancillería chilena en Siria y Líbano, a la República Árabe Siria, al Colegio de Ingenieros de Chile y a la Universidad Bernardo O’Higgins (UBO).