Fuente: La Tercera

Andrea Ramos, Country Manager de Kilimo en Chile, escribe en esta columna sobre el uso del data science para optimizar la escasez de recursos y estar a la vanguardia dentro de su operatividad agrícola diaria.

La agricultura ha sido históricamente una actividad necesaria para el desarrollo de la humanidad y su adaptación al clima ha sido un factor vital. El desarrollo de la irrigación y técnicas para manejar el abastecimiento de agua existen desde épocas ancestrales y muchas de ellas siguen utilizándose hasta la actualidad.

Pero a medida que pasa el tiempo surgen nuevos retos y con ellos, nuevos métodos para afrontarlos. El cambio climático y el aumento de las temperaturas que enfrentamos hoy no tienen precedentes, pero afortunadamente, contamos con recursos que tampoco existían antes: el data science, la tecnología y el uso de los datos que podemos aplicar en la industria agrícola.

La tecnología moderna permite recopilar datos del suelo, el agua y los minerales de las plantaciones agrícolas considerando aspectos como el clima, humedad y condiciones de la región donde están ubicados. Estos datos se almacenan después en un sistema centralizado de fácil consulta y en constante actualización.

Así, la ciencia de los datos está cambiando la forma en que los productores agrícolas toman decisiones. Los agricultores pueden analizar los datos de sus máquinas, de sus campos e incluso de las imágenes por satélite para ser más eficientes y precisos en el uso de los recursos naturales como el agua, el suelo y el combustible, junto con la utilización de insumos como fertilizantes y los productos de protección de los cultivos.

En materia de crisis climática, la baja en la cantidad de lluvias y la sequía, el empleo de la tecnología es aún más determinante. Es un tema que genera mucho temor y preocupación entre los productores agrícolas, pero gracias a la incorporación de herramientas tecnológicas en la gestión, pueden cuidar y ahorrar este recurso escaso y proteger la certificación de su negocio, lo que genera una ventaja competitiva ante el mercado

Otras de las ventajas del data science en la agricultura tiene relación con la identificación de patrones y relaciones que de otro modo podrían permanecer ocultos y que pueden detectar problemas incluso antes de que sean evidentes. También es útil para prever malos rendimientos de acuerdo al análisis de datos estacionales y satelitales; o en el manejo óptimo de plagas agrícolas gracias al desarrollo de plataformas orientadas al usuario que analicen cuándo aplicar los pesticidas y qué cantidad utilizar.

Pero, sin duda, el uso estrella que se le puede dar hoy a los datos es en materia medioambiental. Recopilar información que ayude a optimizar ciclos de producción, no malgastar los recursos e incluso estudiar en qué áreas o industrias se liberan más gases de efecto invernadero puede ser rutinario y engorroso en un principio, pero a largo plazo ayudará a conocer la relación entre el suelo, tipo de plantación y cambio climático, lo que a su vez permitirá tomar decisiones más eficientes y adecuadas para el planeta.

Los productores son conscientes de que el entorno está cambiando mucho y muy rápidamente en los próximos años y necesitan la asesoría necesaria para no quedar atrás. Por eso, resulta de gran ayuda para ellos el uso del data science para optimizar la escasez de recursos y estar a la vanguardia dentro de su operatividad agrícola diaria.