EDITORIAL
Shakti Feuerhake, Subdirectora Académica de Educación Profesional Ingeniería UC y Subdirectora del Magíster en Analítica para los Negocios. Arquitecto y Magíster en Desarrollo Urbano, Universidad Católica.

Los MOOC son cursos online, abiertos y masivos (Masive, Online, Open, Courses) que se dictan en diversas plataformas digitales y que corresponden a una expresión de vanguardia de la educación profesional o continua. Son breves, a tu ritmo, gratis, respaldados por universidades o empresas reconocidas a nivel mundial y se pueden encontrar prácticamente en cualquier tema y en casi todos los idiomas.

Coursera, una de las plataformas de educación en línea más conocidas y entre los responsables de haber posicionado los MOOC en el imaginario colectivo, reporta¹ que 6 meses después de completar un curso con ellos, el 87% de las personas declara beneficios competitivos concretos, como obtener un ascenso, recibir un aumento o comenzar una nueva carrera. Es decir, además de todo, son efectivos para nuestro crecimiento profesional.

Pensemos en la conocida historia del frasco de piedras, sobre el cual se pregunta “¿está lleno?” para continuar introduciendo piedras más pequeñas, posteriormente arena y finalmente agua. Esta historia se usa, tradicionalmente, para ejemplificar dos cosas: la primera, que las piedras más grandes solo las puedes poner fácilmente al principio; y la segunda, que una modulación menor se puede insertar aun cuando a primera vista no existan espacios disponibles. Pensando en una analogía con la educación, las piedras grandes pueden ser las carreras universitarias, magíster o doctorados, que ocupan varios años de nuestras vidas, que implican una alta dedicación mientras se cursan y que, a medida que pasa el tiempo, cada vez nos cuesta más iniciar. Luego, hay piedras menores, que pueden ser los cursos, certificados o diplomados, de una envergadura más acotada y en modalidades más flexibles, que podemos acomodar a lo largo de nuestra vida y según se presenten los desafíos profesionales en nuestras carreras. Finalmente, la arena serían los MOOC, granitos con los que podemos saborear otros temas, rellenar vacíos, iniciar nuevos conocimientos o actualizar temas puntuales, con un muy bajo costo de oportunidad.

La UNESCO plantea que “la educación transforma vidas”² y que el acceso a la educación constituye un derecho humano para todos, a lo largo de toda la vida. Así, si tenemos la intención de adoptar una cultura de educación permanente, tanto desde el punto de vista del perfeccionamiento profesional, como también desde la búsqueda de caminar hacia la igualdad de oportunidades en la población ¿cómo no pensar en los MOOC?

Recordemos, Masive, Online, Open Courses, educación liberada, compacta, digital, esperando ser consumida. Según un estudio español del 2020³, los principales beneficios de los MOOC (en orden de importancia) son la gratuidad, el hecho de que favorezcan a la formación de los desfavorecidos, la flexibilidad horaria, la educación en línea y la gran variedad de temas que se ofrecen a través de ellos. Respecto a las percepciones sobre las debilidades, surgen temas como la dificultad del seguimiento educativo de los usuarios, la alta tasa de abandono, la calidad de los procesos de evaluación, la dispersión de los temas o el hecho de tener que pagar para conseguir la certificación. Si los entendemos como arena que se complementa con otras piedras mayores, estas desventajas no constituyen reales detractores para no aprovechar todos sus beneficios. Además, los aspectos pedagógicos, como las metodologías de evaluación y tasa de abandono se han abordado últimamente con nuevas estrategias, que van mejorando el desempeño de estos cursos entre sus usuarios.

A partir de los MOOC, se han desarrollado nuevas tipologías educativas, que buscan mejorar el modelo y responder a las demandas actuales y cambiantes del mercado, como los “Programas Especializados”, construidos en base a grupos de MOOC de una misma línea con mayor profundidad o que se complementan para abarcar alguna temática de forma más completa; los SPOC (Small Private Online Course)⁴ cursos que pueden ser gratuitos o no, dirigidos un grupo cerrado de participantes; o los NOOC (Nano Open Online Massive)⁵ que son pequeñas cápsulas formativas que comparten la misma filosofía que los MOOC, pero que tienen una duración aún más breve, pudiendo ser fragmentos de MOOC o unidades independientes y autocontenidas, entre otros.

Volviendo a la analogía, nos falta referirnos al agua. Estas últimas, las cápsulas o también llamadas píldoras de aprendizaje, pueden ser el agua de nuestro ejemplo y las vemos cada día más comúnmente insertas en distintos medios y plataformas, de todo tipo, acompañando procesos ciudadanos, apoyando programas escolares, de pregrado o posgrado, enseñando procedimientos en empresas o de muchas otras formas. Entran en el frasco de educación casi sin darnos cuenta. Hoy, según datos de Coursera, 82 millones de personas alrededor del mundo están construyendo nuevas habilidades a través de recursos de aprendizaje en línea, ya sean píldoras, MOOC u otros similares. Te invitamos a conocer los que tenemos disponibles desde Ingeniería UC.

 

¹ Informe de impacto de Coursera (2020)
² https://es.unesco.org/themes/education
³ López-Meneses, Eloy, Gómez-Galán, José, Bernal-Bravo, César, & Vázquez-Cano, Esteban. (2020). Fortalezas y debilidades de los cursos masivos abiertos en línea (MOOC) frente a otros modelos de enseñanza en contextos socio-educativos. Formación universitaria, 13(6), 77-84.
https://www.ideaspropiaseditorial.com/blog/que-es-un-mooc-xmooc-cmooc-spoc/
⁵ Ídem