Fuente: Revista Negocio y Construcción
Por Luis Fernando Alarcón, Ph.D. de la University of California, Berkeley. Presidente de GEPRO. Profesor Titular de la Escuela de Ingeniería UC y Jefe de Programa de los diplomados: Liderazgo y Gestión Lean, y Lean Project Management de Ingeniería UC.
«La forma tradicional de contratación diseño-licitación-construcción, donde las fases de diseño y construcción son totalmente independientes conlleva sobrecostos e incrementos de plazo que otros sistemas de gestión más integradas podrían evitar. Esto es debido a que el sistema tradicional genera fragmentación del proceso, establece silos de conocimiento y potencia el esfuerzo unilateral de las partes involucradas. En nuestro país, el uso de este sistema en el desarrollo de proyectos viales ha llevado a que un 74% de estos proyectos experimenten sobrecostos.
Las principales causas de sobrecostos son:
1. Errores y omisiones en los documentos de diseño.
2. Falta de competencia de los equipos de diseño y de construcción.
3. Inefectiva transferencia de información en la fase de licitación.
4. Excesivo tiempo transcurrido entre la fase de diseño y la fase de construcción.
Sin duda estas causas no son exclusivas de proyectos públicos, sino que son endémicas de este sistema de contratación. Por este motivo, es necesario migrar hacia un desarrollo más integrado de proyectos como el que ofrecen sistemas como Integrated/Lean Project Delivery o Diseño-Construcción, con el fin de orientar la evolución de las formas de contratar proyectos públicos y privados en Chile, y así lograr procesos de diseño y construcción más efectivos. Para impulsar estos cambios se podrían considerar dos líneas de acción que afectarían primero la integración de diseño y construcción y, segundo, la fase de licitación.
Una mayor integración del diseño y la construcción permite minimizar los motivos que generan sobrecostos en dos sentidos. Por un lado, la colaboración de diseñadores y constructores facilita la constructabilidad y la optimización del diseño. Por otro lado, el tiempo que transcurre entre las fases se minimiza, lo que conlleva eliminar problemas en construcción asociados a la falta de actualización del diseño
La colaboración de diseñadores y constructores tiene especial relevancia, porque cualquier problema constructivo abordado en la fase de diseño evita incrementos de costo sustanciales en los que se hubiera incurrido si este mismo problema es detectado en la fase de construcción. En la fase de diseño es posible asumir cambios en cálculos, planos y especificaciones a un costo reducido en comparación con el sobrecosto que supondrían en la fase de construcción. Por este motivo, integrar el conocimiento de los principales actores del diseño y la construcción potencia la elaboración de diseños con menores errores y omisiones, y por tanto con menores sobrecostos en construcción.
Por otra parte, lograr que la fase de licitación sea una oportunidad para intercambiar información de forma efectiva entre mandantes y las empresas licitantes, ayudaría a minimizar otros motivos de sobrecostos. Se podrían seleccionar mejores equipos para desarrollar el trabajo, si la licitación considerara criterios de evaluación formulados en base a los objetivos del proyecto y no solo en el costo. La licitación sólo basada en el costo, aunque a priori ofrece la sensación de ahorro es, generalmente, el origen de sobrecostos al final los proyectos. N&C»