27 diciembre 2021
COLUMNA DE OPINIÓN
Claudia Lozano, Socia Directora de Sherpas Consulting. Psicóloga laboral con más de 25 años de experiencia en cargos ejecutivos en empresas multinacionales, Coach Ejecutiva (ICF), Certificación en Estudios en Ciencias de la Felicidad (HSA), Estudio de Liderazgo y Cambio en las Organizaciones (MIT). Profesora del nuevo Diplomado en Bienestar y felicidad organizacional de Educación Profesional de Ingeniería UC.
Hasta hace no muy poco, hablar de bienestar era hablar de un área de Recursos Humanos o un departamento dentro del área de administración de una organización. Hoy cuando hablamos de bienestar de las personas, estamos hablando de un concepto estratégico dentro de las empresas ya que incide directamente en sus resultados. Muchos inversionistas están prefiriendo llevar su cartera de inversiones en compañías que tengan foco en el bienestar de sus colaboradores, en prácticas de sustentabilidad y sólidas políticas en su gobierno corporativo versus aquellas que no las presentan.
En cuando a los índices de salud mental, los indicadores nos muestran que vamos año a año en un deterioro creciente en la población. La OMS ha decretado el estrés como una de las mayores pandemias del siglo 21, lo cual impacta directamente en el desempeño de las organizaciones.
Lamentablemente, durante muchos años se dejó sólo en manos de los profesionales de la salud y de la psicología la responsabilidad de su solución, lo cual siendo de gran valor, no ha logrado resolver el problema, porque las personas pasamos prácticamente dos tercios de nuestro tiempo de vigilia vinculados a las organizaciones donde trabajamos.
Algunas organizaciones son parte importante del problema, pero sin duda, todas pueden ser un aporte a la solución mediante compromisos coherentes con el bienestar integral de sus miembros.
Diversos estudios internacionales nos han demostrado la fuerte correlación existente entre los índices de bienestar de los trabajadores y los resultados financieros de las empresas, la productividad, la lealtad del cliente y el compromiso de los trabajadores con sus organizaciones. Adicionalmente, el bienestar organizacional tiene un impacto positivo en el clima laboral, las relaciones interpersonales, la creatividad, la innovación y la toma de decisiones eficiente.
Al construir empresas responsables con el bienestar integral de los trabajadores, aportamos a construir una sociedad más saludable y hay una contribución directa al desempeño a lo largo del tiempo de la empresa.
Un estudio de Gallup que preguntaba ¿qué quieren los empleados de su lugar de trabajo?, la Generación Z y los Millennials, o sea todos los empleados menores de 38 años, dicen que por encima de todo, quieren un empleador que se preocupe por su bienestar.
Si nuestros trabajadores no están bien física, emocional y mentalmente, es muy difícil tener una organización sana que genere un compromiso sustentable al largo plazo.
Hasta hace algunos años se entendía el área de bienestar como un departamento que entregaba beneficios, realizaba algunas celebraciones al año y asesoraba al trabajador en algunas crisis, principalmente de índole económico-social. Algunas empresas han avanzado al incluir dentro del ámbito del bienestar el aspecto físico, incorporando dentro de sus programas una alimentación saludable y programas de ejercicios, gimnasia de pausa o mindfulness, lo cual es un gran avance, pero es sólo uno de los factores en el bienestar.
En los últimos años han comenzado a nacer varias corrientes sobre bienestar integral en las empresas y organizaciones, presentando todas ellas muchos aspectos en común.
Basándonos en el modelo SPIRE de Tal Ben Shahar, fundador de la ciencia de la felicidad y el bienestar integral, y profesor de la catedra más asistida de la Universidad de Harvard durante 15 años, los 5 factores de Bienestar de este modelo son relevantes para lograr organizaciones más saludables:
1.- Relaciones: Las relaciones de alta calidad son el elemento más relevante para lograr mayor salud mental, tanto en lo personal, como en el mundo laboral. El vínculo más importante al interior de una organización es la relación que se establece con el jefe directo. Más de la mitad de los trabajadores que dejan sus empleos lo hacen por la relación con sus jefaturas. Para tener organizaciones con foco en el bienestar integral, los líderes juegan un rol clave. Principalmente las personas requieren tener una relación positiva de respeto, en la cual el líder potencie el desarrollo de las fortalezas de sus empleados. Adicionalmente, un factor clave protector de la salud de las personas al interior de las organizaciones, es tener a lo menos una relación cercana o amigo dentro del entorno laboral, que acompañe al colaborador y permita compartir momentos de crisis y de logros.
2.- Físico: Para el bienestar integral de los trabajadores, el cuidado físico se construye de varios factores. El deporte y la correcta alimentación son dos elementos en los cuales las empresas han puesto el foco desde hace varios años y son elementos muy relevantes. En el ámbito físico, el factor más relevante para resguardar la salud mental de los empleados es el descanso y la desconexión con el trabajo. Tener tiempos para hacer break durante la jornada laboral y una vida equilibrada entre lo laboral y lo personal es clave al momento del bienestar. El modelo de disponibilidad 24×7 genera al largo plazo altos índices de estrés que pueden llevar a estados de ansiedad y angustia, con consecuencias en diferentes planos en los trabajadores.
3.- Intelectual: El factor intelectual no hace alusión a ser un estudioso, sino que los seres humanos se sienten bien cuando tienen la posibilidad de aprender y ser curioso en aquellas áreas o ámbitos que les resulten atractivas, por las cuales sienten pasión. Los empleados buscan trabajar en tareas en las cuales ponen en juego sus fortalezas y habilidades. Lamentablemente, las encuestas nos indican que sólo el 20% de los trabajadores dicen que en sus puestos de trabajo pueden poner en juego sus habilidades y fortalezas diariamente. Trabajar en una posición u organización que entregue desafíos profesionales, que de oportunidades de crecimiento, facilite el aprendizaje y fomente el uso de las fortalezas de sus trabajadores, es un excelente elemento de bienestar integral.
4.- Propósito: Tal como dice William Damon “Estudio tras estudio, se ha encontrado que el sentido de propósito de una persona está íntimamente ligado a prácticamente todas las dimensiones del bienestar”. Los propósitos en la vida permiten disfrutar a las personas en los buenos momentos y ser más resilientes en los momentos complejos. Un fuerte sentido de propósito nos vuelve más saludables al reforzar nuestro sistema inmunológico. Las nuevas generaciones buscan que su organización tenga un sentido y un propósito coherente y consistente con el sentido profesional o laboral que ellos buscan. Un buen sueldo no es suficiente para generar un compromiso y motivación al largo plazo. Cuando hablamos de propósito no hacemos referencia a trabajar en Green Pace, sino a darle un sentido mayor a las tareas o trabajos que uno realiza, por ejemplo, un chofer de autobús puede sentir que colabora al desarrollo de un país, facilitando el traslado de los escolares para llegar a sus escuelas o a los empleados a los trabajos. Es así como todos los trabajos pueden tener un sentido trascendente para alguien.
5.- Emocional: Los empleados buscan trabajos que tengan ambientes de trabajo que brinden emociones positivas, o sea donde haya básicamente seguridad psicológica. Esto significa que sea un espacio donde se sientan seguros siendo auténticos, donde puedan expresar sus opiniones, puedan disentir y puedan equivocarse sin ser sancionados, expuestos o perjudicados. Los ambientes seguros no sólo resguardan la salud y el bienestar de los trabajadores, sino que también permiten el desarrollo creativo, mayor unidad en los equipos, mayor respeto a la diversidad y mayor productividad.
A la base de este y los diversos modelos de bienestar organizacional serios, encontraremos una mirada integral del ser humano, esto quiere decir que nos invita a ver a los trabajadores, no como seres dicotómicos, que por una parte son trabajadores y por otra parte personas fuera del trabajo, sino que los diversos aspectos de su vida afectan e interfieren en los otros planos de su bienestar y de su salud. Asimismo, lograr el bienestar implica desarrollar todos los elementos mencionados, ninguno de ellos puede estar ausente si buscamos el bienestar. No es suficiente que una empresa me permita ascender y aprender cosas nuevas, pero en la cual, el colaborador se sienta inseguro y amenazado si expresa sus opiniones con sinceridad.
Tampoco se cubrirá el bienestar sólo si realizamos gimnasia de pausa, pero hay largas jornadas laborales con sobretiempo durante largos períodos e interrupción con temas laborales durante los tiempos de descanso personal del trabajador.
Tampoco logramos bienestar si la organización tiene excelentes prácticas de desarrollo profesional, con un propósito que movilice al trabajador, en una posición en la cual sienta desafiadas sus habilidades y fortalezas, y sin embargo, la relación con su jefatura directa esté deteriorada, sea abusiva o de mala calidad.
Todos los que hemos liderado y estado en posiciones de alta dirección, sabemos que no es fácil el correcto equilibrio entre todos estos elementos al interior de una organización, pero se puede partir conociendo en qué estado se está, cuál es la brecha para un estado de mayor sanidad y ponerse metas realistas, alcanzables, que den las señales que se va en el camino correcto. Una vez alcanzada la meta, celebrar el logro y ponerse en camino de dar otro paso hacia adelante.
Les hemos presentado la punta del iceberg de un tema que está siendo cada día más relevante y crítico, a nivel de las organizaciones y de la sociedad. Los invitamos a profundizar en este tema y abordarlo con mirada de futuro, construyendo planes al corto, mediano y largo plazo, que permitan generar una cultura de bienestar y felicidad.
Conoce el nuevo Diplomado en Bienestar y felicidad organizacional que inicia el 10 de mayo de 2022.