08 septiembre 2021
Fuente: El Mercurio
Por Pedro Bouchon, Vicerrector de Investigación UC y Presidente del Consejo Directivo del Centro de Innovación UC.
La innovación frecuentemente se relaciona con el mérito de «fracasar rápidamente». No debe confundirse, sin embargo, en el fracaso en sí como elemento relevante para la innovación, sino que la capacidad de distinguir los errores tempranamente y generar oportunidades de aprendizaje ágil a partir de ellos. Un estudio del MIT Center for Information Systems Research indicó que este mantra en varias ocasiones solo genera iniciativas costosas y de poco valor para una compañía. La clave para aprender del fracaso radicaría en la capacidad de comprobar hipótesis, para no actuar sobre suposiciones aleatorias. En otras palabras, la toma de decisiones efectiva depende de la gestión de evidencia.
La urgencia de responder ágilmente es aún mayor en la actualidad, en que las decisiones están marcadas por una realidad altamente dinámica e incierta. El tener que adaptarnos a nuevos escenarios rápidamente obliga a comprenderlos con mayor profundidad y a diagnosticar las capacidades de la organización, para así reaccionar correctamente.
Las empresas con sistemas que levantan y gestionan datos sistemáticamente, tanto internos como externos, pueden reducir la cantidad de errores, permitiéndoles tomar decisiones más certeras con prontitud, y las más sofisticadas, revelar estructuras ocultas en datos complejos para innovar. Además, la gestión impulsada por datos tiene la virtud de identificar claramente espacios de mejora, como también explotar ventajas competitivas.
El estudio «Transformación digital en empresas chilenas«, del Centro de Innovación UC, revela que solo un 15% considera «buena» su capacidad para la toma de decisiones basada en analítica avanzada. Y solo hasta un 34% de las empresas considera buena su capacidad para capturar datos sobre cambios en su mercado, sus consumidores y entorno empresarial.
Cerrar estas brechas no solo es un desafío tecnológico. Poco servirá invertir en herramientas digitales o tecnologías para levantar datos si una organización no cuenta con directivos que reconozcan su valor y con equipos adecuados para desarrollarlas o adaptarlas, y ciertamente gestionarlas. Por esta razón, avanzar hacia la toma de decisiones basada en evidencia conlleva necesariamente una nueva cultura, con un fuerte compromiso gerencial, que instale la gestión de datos en todas las áreas de la organización, para identificar y priorizar líneas de acción, y así acortar las rutas hacia la innovación.