Por David Watts, Jefe de Programa del Diplomado en los Mercados Eléctricos del Futuro y su Regulación. Director Académico de la Escuela Iberoamericana de Regulación. Ex director UC de los talleres regulatorios PUC-CNE.

La ley de “portabilidad eléctrica”, que fue antecedida por el proyecto que ahora es la ley 21194, «rebaja la rentabilidad de las empresas de distribución …» ha apuntado, entre otras cosas, a disminuir las utilidades de las compañías y el precio del servicio. Sin embargo, restan varios componentes de nuestro diagnóstico por abordar, uno de los que más aqueja a la población, es cómo hacerse cargo de la mala calidad y continuidad del servicio eléctrico que enfrentan muchas regiones de nuestro país.

«LEY 21194 REBAJA LA RENTABILIDAD DE LAS EMPRESAS DE DISTRIBUCIÓN Y PERFECCIONA EL PROCESO TARIFARIO DE DISTRIBUCIÓN ELÉCTRICA»

Un poco de contexto: Los Talleres regulatorios PUC – CNE preceden al proyecto
Desde el año 2016 se ha discutido intensamente sobre las reformas que el sector de la distribución eléctrica chileno requiere. Sin embargo, el contexto político, económico y social no se han alineado con el desarrollo de un proyecto de ley integral que se haga cargo del diagnóstico que se ha ido consensuado en esta materia.

Los profesores del Diplomado en los Mercados Eléctricos del Futuro y su Regulación lideraron parte de este proceso (ver aquí).

¿De qué se trata el proyecto de portabilidad eléctrica?
El proyecto de ley permite que los clientes comunes y corrientes puedan seleccionar a su proveedor comercial de electricidad, separando esta actividad comercial de la provisión monopólica de las redes eléctricas, es decir, compraremos la electricidad a una empresa distinta de la proveedora de infraestructura de distribución, que nos conecta al sector de la generación eléctrica.

El derecho a elegir: ¿Puede ser malo elegir a nuestro proveedor de electricidad?
Es difícil sostener que es malo elegir a nuestro proveedor. El poder de elegir es una de las bases del bienestar en muchos rubros. Dentro de las decisiones económicas importantes está la opción de preferir a quienes lo hacen bien y nos aportan valor, y debemos apelar a este derecho toda vez que no existan barreras que atenten contra el adecuado ejercicio de este derecho.

La portabilidad eléctrica como concepto, es muy bueno. Adecuarse a las preferencias de los consumidores es fundamental para agregarles valor y promover el bienestar social. Sin embargo, en el ámbito de la regulación, el demonio siempre se encuentra en los detalles. En este caso los inconvenientes podrían presentarse en los detalles pendientes del proyecto, los cambios que sufrirá durante su discusión y tramitación, en el proceso de implementación, en su etapa transición y en todos los detalles que se postergarán a reglamentos que no se han fijado aún.

El mal de los clientes regulados
Actualmente la gran mayoría de los clientes chicos y medianos (residenciales, comerciales e industriales) califica como clientes regulados, es decir, se abastecen a través del monopolio local de su zona, típicamente ENEL, CGE, Chilquinta o Saeza, y están sujetos a diversas regulaciones, incluido el precio y calidad de servicio, sin ningún tipo de opción real. Salvo empresas mineras, grandes y medianas industrias, universidades y otros, no son muchos los que son suficientemente grandes como para dejar de ser clientes regulados y gozar de los beneficios de seleccionar a su suministrador y es precisamente esto lo que hace atractiva a la portabilidad, extender el derecho a todos los clientes. La revolución renovable que enfrenta Chile y la posibilidad de acceder a menores precios y suministros aún más verdes no está a disposición de todos, siendo beneficio principalmente de los clientes libres o grandes. Una ley de portabilidad tiene el poder de cambiar este dilema. La pregunta es si el presente proyecto de ley avanzará en esta línea y cuánto lo hará, a qué velocidad y con qué consecuencias de mediano y largo plazo para el sector.

¿Qué beneficios se espera de la portabilidad?
En la mayoría de los países donde se ha implementado la portabilidad, se ha buscado capturar los beneficios del libre mercado, es así que la competencia minorista o «competencia retail», como se denomina, ha sido el instrumento para promover el mercado, reducir precios, mejorar la calidad y variedad del servicio y/o adecuarse a los nuevos estándares ambientales de la sociedad, donde las preferencias por las renovables son evidentes. La realidad de Chile es un poco distinta, ya dimos el salto hacia las renovables y a sus bajos costos, pero utilizando otros instrumentos.

Pero no todo lo que brilla es oro: Licitaciones, transferencias y transición
Chile, gracias a la ley de licitaciones y a la promulgación ley de transmisión eléctrica, ya se hizo famoso por los bajísimos precios de despeje para los suministros de energía solar y eólica, alcanzando los precios de energía solar más bajos del mundo. Este tremendo éxito nos limita el espacio para reducir los costos de generación en el largo plazo, siendo el principal problema hoy la transición a estos bajos costos y la lenta transferencia de estos beneficios a los clientes finales que todavía enfrentan los altos precios por las licitaciones antiguas.

De esta forma, la comercialización a la chilena , definida como ”la compra y venta de energía y potencia en un sistema” (Art. 122-3), participando en las transacciones del mercado spot y/o mediante un portafolio de contratos, tiene acotados beneficios adicionales de largo plazo en cuanto a la compra de electricidad verde. Así, los mayores ganadores y perdedores de la reforma de portabilidad en el corto y mediano plazo están asociadas a las transferencias económicas entre agentes y riesgos asociados a los primeros años de implementación de la reforma. Es la etapa de transición de esta reforma lo que debe concentrar nuestra atención.

Economía de la información, la competencia, los nuevos actores y nuevos modelos de negocio
Probablemente uno de los mayores beneficios que esta reforma podría lograr, si avanza por el camino correcto, es materializar a un agente de información comercial del sector (el llamado AGICO en nuestros Talleres regulatorios PUC-CNE y ahora Gestor de la Información en el proyecto de ley) que como especialista podría entregar bajos costos de operación y disponibilizar información de buena calidad y en forma simétrica a los distintos actores, empujando la esperada innovación y competencia en el sector. Mitigar la barrera de la información es fundamental para transitar hacia la economía de la información, habilitando el ingreso de otros actores al retail, tanto del sector energía, de las tecnologías de información, como de otros sectores interesados.

¿Qué esperar para el futuro?
En el futuro esperamos un intenso debate, pues los beneficios principales de esta reforma dependen en gran medida de las etapas de transición de esta, de la velocidad con que adoptemos el nuevo modelo y del desarrollo, publicación y tramitación de los reglamentos de la ley, que podrían tardar bastante. Escapar de los altos precios actuales de la electricidad tiene impactos negativos en varios agentes ya comprometidos con sus contratos de licitaciones anteriores, por lo que el debate es ya intenso. Este mismo debate de ideas esperamos tenerlo en nuestro Diplomado, donde analizaremos el proyecto, en qué medida se hace cargo o no del diagnóstico que hemos construido, cómo podría mejorarse y cómo podría modificarse para servir de promotor de la transformación que el sector energético requiere.

El Diplomado en los Mercados Eléctricos del Futuro y su Regulación comienza sus clases en formato streaming el 09 de noviembre de 2020. Encuentra más información aquí.