EDITORIAL
Claudia Halabí, Directora de Educación Profesional de Ingeniería UC.
Ph.D. en Economía, U. de Georgia. Ingeniero Comercial y Economista, U. de Chile.

Al momento de buscar trabajo son varios los factores que impactan la velocidad para reubicarse y la categoría del nuevo empleo. Lo más probable es que todos pasaremos por esta experiencia al menos alguna vez, ya sea por la aspiración de una mejor perspectiva laboral, o por la desafortunada vivencia de perder el puesto.

¿Cuáles son estos factores? Primero, el entorno macroeconómico del momento. Si la economía no está creciendo o, peor aún, si se ha entrado a un período recesivo, será más difícil reubicarse.

Otra condición que facilita el logro de los objetivos profesionales es poseer un “buen currículo”. La profesión, conocimientos, títulos y grados, las habilidades tecnológicas, una segunda y (ojalá) una tercera lengua, la experiencia, los logros en cargos y empresas de prestigio, por mencionar algunos, enriquecen esta infaltable y estratégica carta de presentación.

La tercera exigencia agrupa las habilidades conductuales: poder trabajar en equipo, ser empático y asertivo, adaptarse al cambio, poseer liderazgo, capacidad de trabajar bajo stress, capacidad de comunicarse con claridad, etc. Es muy difícil evaluar estas competencias sin error, y las aproximaciones ocurren con entrevistas en profundidad, tests sicológicos, referencias de antiguos empleadores o pares, entre otras.

Finalmente, pero no menos importante, tenemos el poder de las redes: el networking. Networking se define como una actividad para crear y potenciar relaciones de beneficio mutuo, comúnmente utilizada en el ámbito laboral, profesional y académico. Si bien es una actividad que se puede propiciar con ciertas dinámicas y guías, se desarrolla espontáneamente en situaciones como seminarios, congresos, pausas de café o almuerzos, estudios de posgrado y diplomados, y en toda ocasión en que se convocan personas con intereses similares, pero desde distintos lugares. Aquí se produce la magia, la sinergia, surgen los contactos, el roce social y las posibles oportunidades. Estas instancias, hasta ahora presenciales por excelencia, son una de las cosas que la pandemia nos ha dificultado fuertemente.

En este contexto, en Educación Profesional nos proponemos reivindicar este espacio en esta nueva normalidad, aún cuando sea en un contexto virtual. Es por ello que hemos incorporado en todos los diplomados sincrónicos (con clases en vivo), sesiones guiadas de networking, buscando aumentar el valor agregado de tomar un diplomado en Ingeniería UC y entregar a nuestros alumnos algo que han sentido en falta durante el año pasado.

Esta iniciativa pretende enriquecer a nuestros alumnos con distintos puntos de vista, que los fortalecerá en términos de su creatividad y horizontes. También les permitirá conocer más de cómo se desempeñan áreas similares a las propias, conociendo otras formas de abordar sus desafíos. Es decir, es una oportunidad guiada de lograr contactos de calidad.

Además, como se dice en el mundo laboral: “los contactos se pueden transformar en contratos”. Esto significa facilitarles a nuestros alumnos el conocer gente con la que puedan promocionar sus habilidades, o conocer oportunidades.

Respecto a esto último, generalmente se observa una correlación positiva entre el esfuerzo destinado a construir redes y el desempeño profesional. Por ello, facilitar la construcción de redes de contacto entre los alumnos de nuestros diplomados, a través de un efecto multiplicador, tendrá un potencial más amplio de lo que se puede pensar a priori. Constituye una base que esperamos que de más frutos de los que podremos ver.

Hoy día, las circunstancias para germinar el networking son cada vez más difíciles y, por lo tanto, no hay que desaprovechar las oportunidades. La economista inglesa Noreena Hertz, Honorary Professor en University College London, autora de diversos libros, y nombrada por varios medios como una de las economistas más influyentes en el escenario internacional, postula que, en los tiempos que vivimos (incluso antes de la pandemia), la construcción de “comunidad” se está desmoronando, y que nuestras relaciones personales están bajo amenaza. La soledad es un problema extendido, de raíces complejas. Y, según afirma textualmente, “no se puede culpar sólo a la tecnología, sino que también la descomposición de las instituciones cívicas, la reorganización radical de los lugares de trabajo, la migración en masa a las ciudades, y décadas de políticas neoliberales que han ubicado al interés propio por sobre el bien colectivo”.

Todo lo anterior, sin duda, se exacerba con la pandemia. Con esta motivación en mente, a partir de 2021 se decidió aprovechar la oportunidad de que nuestros diplomados en vivo tengan instancias para generar y profundizar algunos lazos que puedan surgir, a través de sesiones guiadas para la construcción de estas redes. Nuestras sesiones de Networking buscan este objetivo, que el alumno pueda conocer personas que eventualmente los inspire, de los que puedan aprender y, por qué no decirlo, donde también se comience a pavimentar un eventual camino por el que algún día podríamos querer o tener que transitar, en búsqueda de nuevas oportunidades.