Fuente: Pulso

Por Hernán de Solminihac.

Director de Clapes UC, y jefe de programa del Diplomado en Administración y Dirección de Proyectos de Educación Profesional de la Escuela de Ingeniería UC.

El complejo escenario que hemos experimentado a nivel global con la pandemia del Covid-19 muestra sus consecuencias: alta pérdida de empleos y baja producción en ciertos sectores económicos. Sin embargo, existen algunos indicadores que pueden ser ligeramente mal interpretados.

Qué pensaría si le dijera que la productividad media laboral interanual creció 7,3% durante el trimestre abril-junio 2020. Cabe recordar que este factor es medido como el cociente entre el Producto Interno Bruto (PIB) y el número de trabajadores que aportan a generar dicho producto.

Efectivamente, la caída en el empleo o disminución en el número de trabajadores ocupados llegó a 20% respecto del mismo período, mientras que la caída del PIB fue de un 14,1%. Si bien ambas cifras dan como resultado un aumento de la productividad media laboral o aporte promedio de cada trabajador al PIB, hay que revisarlas con mayor detalle.

La baja producción de la economía a nivel agregada no es una buena noticia, porque conlleva a un menor ingreso a las arcas fiscales. Esto finalmente se traduce en menores recursos para implementar políticas públicas, construir obras o asistir con ayuda estatal a los ciudadanos en periodos de emergencia, entre otros ejemplos.

En paralelo, la masiva pérdida de empleos provoca una menor fuerza laboral activa. Lo más preocupante es que detrás de estas fuentes laborales existen familias que vieron disminuidos sus ingresos y calidad de vida.

Ante esta compleja situación, debemos mejorar la productividad y producción de forma simultánea y urgente, empleando mejor los recursos, la fuerza laboral y ocupando todo lo que esté a nuestro alcance. Es indispensable que recuperemos los empleos perdidos y levantemos nuevamente la economía.

En este desafío, todos debemos aportar, partiendo por ser responsables con el autocuidado, respetando los protocolos sanitarios y apoyando a una pronta recuperación.

Cómo queremos estar en los próximos meses o años, es una pregunta que debiéramos hacernos permanentemente, para trabajar día a día por un mejor escenario. Tomemos lecciones de las experiencias y construyamos sobre lo que hemos aprendido a realizar bien. Alcancemos acuerdos y compromisos para continuar con el desarrollo y crecimiento de Chile.