Fuente: Pulso

Por Hernán de Solminihac, Director de Clapes UC y Jefe del Diplomado en Administración y Dirección de Proyectos de Ingeniería UC.

Durante las últimas semanas hemos visto una importante disminución en la cantidad de contagios de Covid-19. Esto permite, siempre y cuando se mantengan las medidas de autocuidado, facilitar la movilidad y actividad de ciertos sectores económicos, aportando así a la reactivación económica y la recuperación del empleo.

Sin duda será un período desafiante, por lo que se hace urgente identificar las fortalezas y debilidades, tanto productivas como del mercado laboral, para adoptar y aplicar políticas públicas que permitan avanzar hacia el desarrollo.

La pandemia y las medidas para su contención generaron efectos socioeconómicos significativos en Chile, como en los costos de salud y la contracción de la demanda nacional e internacional, derivando con ello una crisis de oferta y demanda de productos e insumos, debido a la suspensión de las cadenas productivas y la consecuente pérdida de fuentes de trabajo.

Hemos avanzado, paso a paso, pero los innumerables impactos al mercado laboral no se han podido revertir en su totalidad. De acuerdo con datos del INE, hasta el segundo trimestre 2021 falta por recuperar aún alrededor de 1.074.450 fuentes laborales, de los cerca de 2.042.449 puestos de trabajo que se destruyeron durante el peor momento de la crisis sanitaria.

A dicho complejo escenario, se añade la incertidumbre generada por las reformas claves en discusión, un panorama de elecciones y la aparición de nuevas cepas o variantes del Covid-19, entre otros factores. Sin embargo, las proyecciones de crecimiento económico para Chile presentan un escenario alentador para lo que resta del año.

Según un análisis de Clapes UC sobre el avance de la especialización y productividad de las principales actividades económicas del país, la producción chilena muestra un nivel de recuperación cercano al período de prepandemia. Esto se alinea con las proyecciones de crecimiento para este año realizadas por el Banco Mundial (6,1%), el FMI (6,5%), la Ocde (6,7%) y el Banco Central de Chile (rango corregido a 8,5% – 9,5%).

La pandemia cambió considerablemente la forma en que las actividades económicas se desarrollan, forzándolas a adaptarse a las nuevas condiciones. En este sentido, es fundamental que las medidas que se adopten se encuentren bien focalizadas y tengan un sentido económico-social y ambiental, de manera tal que el esfuerzo y avance sea de largo plazo, permitiendo al país retomar un crecimiento de manera sostenible.

Lograr recuperarnos lo antes posible de los efectos de esta pandemia, dependerá del aporte de cada uno de nosotros. En este desafío, es fundamental mantener las medidas de autocuidado para cuidar a nuestras familias y contribuir con la pronta recuperación del empleo.